REFLEXIONEN....REFLEXIONEN. NUNCA ES TARDE

La Biblia y los Extranjeros

Rdo. Federico Núñez

En estos momentos, los inmigrantes indocumentados están viviendo tiempos convulsionados. Hemos visto las marchas de los inmigrantes pidiendo justicia. Vemos las redadas del servicio de inmigración, la deportación de inmigrantes, los atropellos a los derechos de muchos, las injusticias, etc.

¿Tendrá la Biblia alguna respuesta para nosotros los extranjeros? ¿Habla Dios de este tema en su Palabra? Hay que responder que Dios habla claramente de esta problemática. En el pasado, el pueblo de Israel vivió como extranjero en la tierra de Egipto. Eso hizo que Dios les aconsejara de esta manera: “No maltrates ni oprimas a los extranjeros, pues también tú y tu pueblo fueron extranjeros en Egipto” (Éxodo 23:9; cf. 23:9).

Maltratar es humillar, vejar y agobiar. Oprimir es esclavizar o explotar a alguien social y económicamente. Se trata de menoscabar la dignidad de la gente.

Pero la Biblia no sólo prohíbe maltratar u oprimir al extranjero, sino que nos ordena amarle: “Cuando algún extranjero se establezca en el país de ustedes, no lo trates mal. Al contrario, trátenlo como si fuera uno de ustedes. Ámenlo como a ustedes mismos, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor y Dios de Israel” (Levítico 19:33, 34).

Este mandamiento no sólo se basa en la experiencia de Israel en Egipto, sino en el carácter de Dios, quien está a favor de todo aquel que esté en una situación desventajosa. El Salmo 146:9 afirma que “El Señor protege al extranjero y sostiene al huérfano y a la viuda, pero frustra los planes de los impíos”. La Biblia nos exhorta a ser como Dios (Levítico 19:2).

Hoy más que nunca, todas las personas que viven en este país deberían recordar que, en un determinado momento de la historia, sus antepasados también fueron extranjeros en esta preciosa tierra. Así como Dios cuidó de ellos, hoy también cuida de nosotros.

Es por esto que se nos manda imitar a Dios en su amor por el extranjero: “Porque el Señor tu Dios… no actúa con parcialidad ni acepta sobornos. Él defiende la causa del huérfano y de la viuda, y muestra su amor por el extranjero, proveyéndole ropa y alimentos. Así mismo debes tú mostrar amor por los extranjeros, porque tú también fuiste extranjero en Egipto” (Deuteronomio 10:17-19). Qué hermoso es saber que Dios provee para las necesidades del inmigrante indocumentado y que Dios no tiene hijos predilectos, sino que todos tenemos un mismo valor delante de él.

El Salmo 94:5-11 denuncia la vejación de las viudas, los extranjeros y los huérfanos, y afirma que Dios ve y oye estas injusticias; de modo que, castigará la opresión. Uno de los atributos de Dios es la justicia. Cuando una nación quebranta la justicia y la compasión, entra en conflicto directo con Dios. Lo mismo se dice en Jeremías 7:6 en cuanto al castigo de quienes oprimen a los extranjero y a otras personas en desventaja.

Los que persiguen a los inmigrantes indocumentados en este país están persiguiendo a quienes Dios ama y protege. El Señor mismo representa la causa del extranjero.

Por otro lado, Dios llama a los extranjeros a vivir en completa y total obediencia a su Palabra. Hoy más que nunca debemos buscar en Dios el refugio que nos ofrece, dejando a un lado conductas que no benefician a nuestra comunidad ni a esta nación. Debemos esforzarnos por hacer lo bueno y lo recto delante de nuestro Dios.

LA VERONICA 26 Apr 2009, 04:18 - Report